Fundación de la Biblioteca Nacional
La Biblioteca Nacional fue una de las primeras instituciones que tuvo la nuestra novísima República, el 19 de Agosto de 1813, los miembros de la Junta de Gobierno que regía los destinos de nuestro país, publicaron la Proclama de Fundación de la Biblioteca Naciaonal en el periódico Monitor Araucano. Los firmantes del documento fueron Francisco Pérez, Agustín Eyzaguirre y Juan Egaña.
Desde un comienzo esta entidad comenzó a repartir y ordenar los libros que se recolectaban. Su funcionamiento se vio interrumpida debido a los acontecimientos derivados del desastre de Rancagua y la consiguiente huída de las familias a Mendoza, retomando sus actividades apenas Chile fue liberado del dominio español.
Los libros que pertenecieron a los jesuitas (congregación expulsada del territorio en 1767) y que se encontraban en la Universidad de San Felipe (Primera entidad de enseñañza superior en Chile) fueron dispuestos por Bernardo O’Higgins para ser parte de la incipiente colección. Asimismo, O’Higgins nombró director a Manuel de Salas, quien, apoyado por fray Camilo Henríquez, comprometió todo su esfuerzo y voluntad para incrementar las colecciones de la naciente biblioteca.
Su ubicación definitiva es en el solar en donde se ubicaba el Monasterio de Santa Clara, siendo demolidos los edificios monascales para dar paso a la construción de la actual edificación neclásico. Por un tiempo la biblioteca se ubicó en el lugar donde hoy se emplaza el teatro municipal (ahi se encontraba la Universidad de San Felipe), aunque también funcionó en el edificio de la Aduana (Museo de Arte Precolombino) y en el edificio del Consulado (Actual ubicación de los Tribunales de Justicia).
La construccion y planificación del inmueble actual fue uno de los tantos proyectos del centenario de la república junto con la Estación Mapocho, los tribunales de Justicia y el Museo de Bellas Artes entre otros, colocándose la primera piedra el 24 de agosto de 1913, quedándo terminado y operativo en 1925.
La Proclama publicada en el monitor araucano sale en 1813, e aquí un extracto:
«El Gobierno á los Pueblos
Ciudadanos de Chile: al presentarse un extrangero en el Pais que le es desconocido, forma la idea de su ilustracion por las Bibliotecas, y demas institutos literarios que contiene; y el primer paso que dan los Pueblos para ser sabios, es proporcionarse grandes Bibliotecas. Por eso el Gobierno no omite gasto, ni recurso para la Biblioteca nacional; y el dia diez jabeis oido la coleccion que os tiene preparada. Pero aun todavia no es estaBiblioteca digna del Pueblo que marcha protegido por la Providencia por todas las sendas de la gloria; y es tambien preciso que conozca todo el Mundo el interes que tiene cada Ciudadano en la beneficiencia de los demas, y que Chile compone una sola familia.
Para esto se abre una subscripcion patriotica de libros, y modelos de maquinas para las artes endonde cada uno al ofrecer un objeto, ó dinero para su compra pueda decir con verdad – Hé aqui la parte con que contribuyo á la opinion, y á la felicidad presente, y futura de mi pais. Todo libro será un don precioso, por que todos son utiles. Aunque en el monitor se publique diariamente lo que contribuye cada uno, la Biblioteca tendrá un libro depositado en el departamento mas precioso, y autorisado solemnemente donde conste á la posteridad…»